Sólo ellos lo hacen a gran escala, de un modo impune e irreversible en tantas ocasiones, por lo que tener una "actitud verde" es importante. También es cierto que granito a granito se llena el granero, y que el inicio de un nuevo año es un momento idóneo para impulsar nuestra resolución en materia ecológica y traducirla en un mundo más limpio y seguro.
Son numerosos los buenos propósitos que ayudan a un medio ambiente más verde. Sin necesidad de hacer grandes cosas, simplemente con pequeños gestos cotidianos se puede hacer la diferencia.
Escoger rutinas diarias
Cambiar nuestra forma de movernos es clave a la hora de aligerar nuestra huella de carbono.- Traducido
a la movilidad,
cambiar las rutinas diarias siempre que sea posible preferiremos
caminar, subirnos a la bicicleta
o compartir el viaje en coche, así como utilizar a menudo el
transporte público.
- Mejorar
la eficiencia
energética
en el hogar o en la oficina es otro buen propósito que nos
agradecerá el planeta (Cambiar las bombillas convencionales por
otras de bajo consumo,por ejemplo)
- Intentar
imprimir
lo
menos posible y, en general, utilizar papel
reciclado
son objetivos factibles que podemos realizar sin grandes esfuerzos.
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